AVISO IMPORTANTE: Este correo electrónico puede contener información confidencial y/o legalmente protegida. Si es así, y usted no es el destinatario previsto, entonces el remitente le solicita que le notifique su error y destruya todas las copias en su poder. El remitente también admite su torpeza y que obviamente no debería estar operando una máquina de correo electrónico sin supervisión.

Este correo electrónico no crea una relación abogado-cliente. O eso es lo más probable. Si lo hace, habrá dicho que lo hace. Aunque podría haber creado una relación abogado-cliente sin decirlo explícitamente porque la ley es complicada y las declaraciones categóricas que se realizan en este descargo de responsabilidad no son tan categóricas como parecen. Sin perjuicio de lo anterior, basta con decir que si no está absolutamente seguro de si existe o no una relación abogado-cliente entre usted y el remitente de este correo electrónico, probablemente debería pulsar en “Responder” y pedir alguna aclaración.

El propósito de este descargo de responsabilidad es, en teoría, proteger al remitente de cualquier responsabilidad que pueda resultar de la falta de habilidad del propio remitente para comunicar claramente o enviar correctamente un correo electrónico, aunque el remitente, habiendo obtenido una educación legal formal, es consciente de que una renuncia de responsabilidad genérica por correo electrónico, incluso una escrita con ese lenguaje ampuloso que tanto gusta a los abogados, es de dudosa aplicación a una parte receptora que carezca de una comprensión sofisticada de los principios legales que rodean dicho descargo de responsabilidad, y de que en el caso de que la parte receptora comprenda dichos principios legales, lo único que logra el descargo de responsabilidad es reafirmar lo que la parte receptora ya sabe.

Este descargo de responsabilidad no es diferente al sonido incesante de la alarma de un automóvil distante, una advertencia que alguna vez fue sincera y que se ha convertido en una molestia desagradable y sin sentido. Este descargo de responsabilidad existe en un país donde la demanda de servicios legales es lo suficientemente importante como para proporcionar un empleo remunerado a más de ciento veinte mil abogados, prácticamente todos los cuales incluyen un descargo de responsabilidad en sus correos electrónicos y ninguno está muy seguro de por qué.

Este descargo de responsabilidad no se preocupa especialmente por la inteligibilidad y no tiene reparos en permitirse los vicios más desagradables de la jerga legal, que incluyen, entre otros, (i) la frase «sin perjuicio de lo anterior», (ii) el uso de «la parte receptora» en la confianza de que años de repetición de «la parte contratante de la primera parte» ha entrenado a la parte receptora para entender lo que significa «la parte receptora», (iii) repetición redundante, tediosa y superflua de «este descargo de responsabilidad», (iv) UNA SECCIÓN DE TEXTO EN MAYÚSCULAS COMPLETAMENTE INÚTIL, PRESUMIBLEMENTE CON LA INTENCIÓN DE DECIR AL LECTOR: «¡OYE! ¡ESTO ES IMPORTANTE! ¡DEBES LEER ESTA PARTE!», COMO SI NADIE HUBIERA NOTADO NUNCA QUE AMPLIAR FÍSICAMENTE EL TEXTO SIN AUMENTAR LA CANTIDAD DE ESPACIO DISPONIBLE CREA EL EFECTO VISUAL DE UN BLOQUE RECTANGULAR SÓLIDO DE LETRAS, TAN CAPAZ DE TRANSMITIR UN MENSAJE INTELIGIBLE COMO LA PROFESORA DE CHARLIE BROWN, y (v) números romanos en minúsculas.

Este descargo de responsabilidad existe precisamente por una razón: hacer que este correo electrónico parezca más profesional. Esta exención de responsabilidad no se ha de interpretar como garantía de profesionalidad real por parte del remitente. Cualquier profesionalidad real inferible de este documento es pura coincidencia y de ninguna manera es atribuible a la existencia de este descargo de responsabilidad. Si bien al remitente de este correo electrónico le gustaría pensar que la profesionalidad con la que aborda su trabajo hablara por sí sola, este descargo de responsabilidad constituye (i) una aceptación a regañadientes del estándar exigible a un abogado de postín, o al menos una imitación superficial del mismo, y (ii) una aceptación entusiasmada de la paradoja de que las personas que intercambian correos electrónicos con abogados esperan ver un aviso legal pero no le prestan la menor atención. Si no está leyendo esto, entonces este descargo de responsabilidad ha hecho su trabajo. Ceci n’est pas un pipe y esta exención de responsabilidad no pretende ser irónica.

Inspirado por David Colarusso.

Copiado y adaptado de ALRIGHT, FINE, I’LL ADD A DISCLAIMER TO MY EMAILS by JAMES SINCLAIR.

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