sociedad
- El Tribunal Supremo subraya la necesidad de que altos cargos públicos cumplan con los requisitos establecidos para dar validez a su nombramiento, marcando un precedente fundamental que evitará que prevalezcan motivos políticos o de intereses individuales sobre el cumplimiento de los requisitos legalmente establecidos para efectuar nombramientos de altos cargos.
- El cumplimiento de estos requisitos es especialmente necesario en relación a los órganos de control, como el Consejo de Estado, cuya función es velar por la observancia de la Constitución y por el correcto funcionamiento de la Administración Pública y de los Servicios Públicos.
- La Sentencia reconoce la legitimación activa a la Fundación Hay Derecho para impugnar decisiones que atentan contra los principios del Estado de derecho. Este reconocimiento fortalece la posición de Hay Derecho como una voz crucial en la sociedad civil española y refuerza la utilidad de sus acciones de litigación estratégica.
Recuerda siempre.
José Diego Yllanes. «El asesino de Nagore Laffage». «El hombre que mató a Nagore Laffage».
Believe All Women #MeToo Unless You Are A Jew
Ecos de una manifestación
Solo le pido a Dios, con Juan Gieco, Nuri Nardelli, Gastón Saied y Alma Sufi Ensemble. Desde la tekkia sufí Halveti-Yerrahi, barrio de Colegiales, Buenos Aires.
Si vamos a ser religiosos, seámoslo así, cantando.
Feliz Navidad. Eguberri on. Shalom, Salaam, Paz.
Acuerdo europeo para regular la Inteligencia Artificial
Joaquin Sevilla sobre la prohibición de móviles
Opinion | Would Trump be a dictator? And can he be stopped? - The Washington Post
Robert Kagan in a harrowing article:
Yes, I know that most people don’t think an asteroid is heading toward us and that’s part of the problem. But just as big a problem has been those who do see the risk but for a variety of reasons have not thought it necessary to make any sacrifices to prevent it. At each point along the way, our political leaders, and we as voters, have let opportunities to stop Trump pass on the assumption that he would eventually meet some obstacle he could not overcome. Republicans could have stopped Trump from winning the nomination in 2016, but they didn’t. The voters could have elected Hillary Clinton, but they didn’t. Republican senators could have voted to convict Trump in either of his impeachment trials, which might have made his run for president much more difficult, but they didn’t.
Throughout these years, an understandable if fatal psychology has been at work. At each stage, stopping Trump would have required extraordinary action by certain people, whether politicians or voters or donors, actions that did not align with their immediate interests or even merely their preferences. It would have been extraordinary for all the Republicans running against Trump in 2016 to decide to give up their hopes for the presidency and unite around one of them. Instead, they behaved normally, spending their time and money attacking each other, assuming that Trump was not their most serious challenge, or that someone else would bring him down, and thereby opened a clear path for Trump’s nomination. And they have, with just a few exceptions, done the same this election cycle. It would have been extraordinary had Mitch McConnell and many other Republican senators voted to convict a president of their own party. Instead, they assumed that after Jan. 6, 2021, Trump was finished and it was therefore safe not to convict him and thus avoid becoming pariahs among the vast throng of Trump supporters. In each instance, people believed they could go on pursuing their personal interests and ambitions as usual in the confidence that somewhere down the line, someone or something else, or simply fate, would stop him. Why should they be the ones to sacrifice their careers? Given the choice between a high-risk gamble and hoping for the best, people generally hope for the best. Given the choice between doing the dirty work yourself and letting others do it, people generally prefer the latter.
This essay is really scary. It might be spot on, though. It’s worth reading through it all and keeping a copy for future reference. What are we going to do in Europe with our own wannabe Trumps?
Esta resolución marca un hito por tres motivos:
No tengo ninguna duda de que alguien está redactando la reforma del artículo 6 de la Ley Orgánica del Consejo de Estado. Total, en esta frase, hay un montón de cosas innecesarias:
El Presidente del Consejo de Estado será nombrado libremente por Real Decreto acordado en Consejo de Ministros y refrendado por su Presidente entre juristas de reconocido prestigio y experiencia en asuntos de Estado.
– Pero ¿no ves que no soy una rana? ¡Soy un escorpión como tú!
– Ya, pero tengo que cruzar el río y en la fábula tiene que haber una rana.
– ¡Aquí no hay una rana, soy un escorpión! Y si te llevo encima para cruzar el río nos vamos a picar los dos. ¿¡Es que no te sabes eso de la fábula, que está en nuestra naturaleza!?
– Pero en la fábula primero se fían y entran al río juntos, ¿no ves que sería estúpido que nos picáramos? Moriríamos los dos.
– Pues es verdad, sería estúpido. Sube y crucemos el río.
5.000 firmantes del manifiesto: España, ¿hacia un Estado de no Derecho?
🚀
En fin, este conjunto de dislates jurídico-políticos sólo va a servir para empeorar la convivencia y la degradación de los estándares de nuestra democracia. Para todos. Porque una vez que un partido mayoritario entiende que el Estado de Derecho es negociable para mantenerse en el poder ¿Qué impide que los demás hagan lo mismo? Al contrario, se le facilita enormemente: el desgaste ya lo ha asumido el primero y siempre podrán invocar en su defensa que otros lo hicieron antes.
Esto, precisamente. No consigo comprender que los que apoyan el acuerdo (la mayoría de mi alrededor, porque consideran que es necesario para mantener a la derecha fuera del gobierno) no vean esto. Que la degradación de nuestros controles democráticos no tiene fácil marcha atrás y que pronto será utilizada por esa misma derecha que ahora creen poder neutralizar.