La científica española Eva Nogales está en las quinielas para ganar el Nobel. Su biografía es inusual en estos galardones. “Mi padre era pastor de ovejas y mi madre era bordadora. No pudieron acabar la educación básica porque se tuvieron que poner a trabajar con 11 o 12 años”, explica Nogales, nacida hace 58 años en el pueblo madrileño de Colmenar Viejo. La obsesión de sus padres era ahorrar para que sus hijos sí estudiaran. Nogales entró en la Facultad de Físicas de la Universidad Autónoma de Madrid en 1983, en plena movida madrileña. “Había muchas fiestas, mucha droga, mucho sexo, pero yo no tenía dinero y era una empollona. La movida me la perdí, estaba en la biblioteca”, recuerda a carcajadas. La investigadora acaba de recoger un premio de más de un millón de euros, el Shaw, entregado en Hong Kong y considerado el Nobel oriental. Uno de cada siete galardonados ha terminado ganando también el Nobel.