Titulada en español como “Las dos caras de la justicia”, que no es un título muy afortunado, la verdad.

Trata dos procesos de mediación y justicia restaurativa: uno individual, en el que una chica que fue agredida sexualmente por su hermanastro en su infancia se prepara para volver a encontrarse con él pasados unos años. Otro colectivo, en el que tres delincuentes presos por robos con violencia y tres víctimas de delitos similares acceden a reunirse para intentar superar sus respectivas tragedias.

Ni un efecto especial, ni banda sonora, ni una concesión a la frivolidad. Solo diálogos, y algunos silencios. Me ha dejado con muy buen sabor de boca.